domingo, 15 de febrero de 2009

Fin

Llegó la hora de la despedida. Esta será mi última entrada. Mañana devolveré la llave a Annick, y tomaré con mi hermano el taxi para el aeropuerto. Vuelvo más cargada de lo que vine, no a causa de los apuntes, precisamente, si no de la tonelada de libros que me he comprado. Paris es así, es difícil resistirse a sus librerías, ya lleven la etiqueta amarilla o la negra, o ninguna.

Quisiera evitar escribir una última entrada demasiado sentimental, así que no me dejaré llevar por las ideas que me vienen a la mente ahora mismo.

Ha sido genial, el lugar perfecto en el momento justo.
Sentirme como en casa en este barrio del Louvre, en esta antigua Lutecia... pasear por sus boulevards sin la presión de tener apenas tiempo para visitar los monumentos más emblemáticos, pues formaban parte de mi recorrido diario...

He vivido la ciudad, y esto es, sin duda, lo mejor que puedo decir.
La aventura de Paris ha terminado. No sé dónde estaré el año próximo, y todavía tardaré meses en saberlo. Pero no me importa, la vida no sería tan interesante sin una pequeña dosis de sorpresa, de incertidumbre. Como el Sena, girando hacia el Sur en la Isla de los Cisnes; para saber dónde va a parar, sólo hay que continuar hacia adelante, siguiendo la línea de la orilla.




A BIEN TÔT!

sábado, 14 de febrero de 2009

Última visita al Louvre

El viernes no falté a mi cita semanal en el museo del Louvre, esta vez acompañada de Frikináutico. Visitamos la galería de las pinturas francesas del s. XIX - David, Géricault, Delacroix, Ingres, Regnault, Prud'hon....- y de las pinturas españolas del s. XVII - Velázquez, Ribera, el Grecco...-. Y me despedí del Louvre, de la escalera desde la que la Victoria de Samotracia te sorprende con las alas extendidas, de la Pirámide resplandeciente en la noche....hasta más ver.








jueves, 12 de febrero de 2009

El Centro Pompidou

Otra de mis visitas pendientes era al Centro Georges Pompidou. No he visto edificio más espantoso que este. Sin embargo, tiene una biblioteca pública muy completa. La semana pasada decidí subir el Boulevard de Sebastópol y entrar a verla. En plena época de exámenes, era de esperar que las salas de estudio estuvieran a rebosar. Aún así, escogí dos libros de mitología germánica (ya escucho vuestros comentarios de "¡friki!") y encontré un sitio para sentarme a echarles un vistazo, y disfrutar de un rato de tranquilidad y silencio. Fue precisamente después de la conferencia sobre Galdós en La Sorbona, de ahí que expresamente me dirigiera a la estantería de literatura española, y qué grata sorpresa cuando descubrí en un de las baldas los Episodios Nacionales. Otra cosa es, claro está, que alguien los lea...



Le château de Vincennes

Tenía un castillo "al lado" de Paris y no lo sabía. Menos mal que me dí cuenta a tiempo, a mí que me encanta visitar castillos medievales. Gabi se animó a venir conmigo. El château de Vincennes está en la última parada de metro de la línea 1, que se coge precisamente delante de mi casa, en el Palais Royal. Por eso no lo dudé dos veces. Es una fortaleza de dimensiones bastante considerables, rodeada por un profundo foso. Se construyó precisamente al lado de los bosques de Vincennes donde los reyes solían ir de caza.
Lamentablemente, sólo se puede visitar el torreón ( le donjon como se dice en francés) y la Sainte Chapelle. Esta última estaba cerrada por obras así que nuestro espacio de visita se redujo considerablemente. Aún así, la disfrutamos. Estas son algunas de las fotos.















Este castillo fui utilizado como biblioteca y lugar de estudio y meditación de Charles V, pero también sirvió a menudo como prisión. Aquí estuvieron encerrados Henri de Navarra, el Marqués de Sade, Diderot y Mirabeau entre otros. En él tuvo lugar la ejecución de Mata Hari. Más recientemente se destinó a la fábrica de armas para las Fuerzas Armadas.
Definitivamente, no podía irme de Paris sin haber visto algún castillo....





Quand je ne serai plus qu'une cendre glacée....

Dado que el título de mi blog está inspirado en Victor Hugo, no podía marcharme de París sin haber visitado el Hôtel de Rohan. Así que eso mismo hice ayer por la tarde.



Victor Hugo eligió un lugar muy acogedor como primer hogar para instalarse con su familia. La Place des Vosges, en Le Marais, es una plaza apartada del ajetreo de la "rive droite" y a la vez lo suficiente céntrica como para situarse en plena rue de Rivoli en cinco minutos. Se accede a ella a través de unas arcadas que forman un espacio cuadricular parecido a la Plaza Mayor de Madrid (salvando las distancias, por supuesto). Restaurantes y galerías de arte en la rez de chausée y en el centro del parque, una estatua ecuestre de Luis XIII.














En el número 6, el portal de la casa que habitó Victor Hugo de 1832 a 1838, recién casado con Adèle, a la que adoraba y sin embargo a la que nunca fue capaz de serle fiel. Dicen que tampoco ella lo fue.



La exposición actual está centrada en Los Miserables. Manuscritos, borradores de algunos de los capítulos, monografías, esculturas y ediciones originales de su obra se pueden encontrar en las dos primeras plantas del Hôtel de Rohan. La tercera está ocupada por la biblioteca destinada a consultas y estudios de investigadores.


Este imagen de Cosette es la más conocida de todas las que se han hecho. En cada habitación había por lo menos dos pantallas de televisión proyectando las diferentes versiones de Los Miserablese, en blanco y negro y en color. Gerard Depardieu en el papel de Jean Valjean (no hay papel francés -histórico o novelesco- que no haya encarnado este actor, desde Obélix, hasta Honoré de Balzac, pasando por Cyrano de Bergerac, Edmond Dantés y Vidocq, y que conste que me gusta mucho Depardieu, él y su inseparable Christian Clavier).




En la segunda planta se recrean el dormitorio y el salón de la casa de Victor Hugo cuando volvió del exilio en Guernesey.










El salón rojo, con un cuadro de Adèle al fondo.




El comedor y el salón chino de la casa de su amante favorita, la actriz Juliette Drouet, tan dulce como carente de talento, según la biografía de André Maurois.



Termino esta entrada con el poema que le escribió Juliette a Victor Hugo a la muerte de éste. Siempre me ha gustado, es muy sencillo.



Quand je ne serai plus qu´une cendre glaceé
Quand mes yeux fatigués seront fermés au jour
Dis-toi, si dans ton coeur ma mémorie est fixée
Le monde a sa pensée
Moi, j´avais son amour!




Traducción:

Cuando ya no sea más que una ceniza gélida
Cuando mis fatigados ojos se hayan cerrado a la luz
Pregúntate a ti mismo, si en tu corazón está grabado mi recuerdo.
El mundo tiene su pensamiento
¡Yo tuve su amor!

















miércoles, 11 de febrero de 2009

Despedidas

Hace unas semanas que han comenzado las despedidas. Mareike se ha ido de vacaciones a Perú (¡qué envidia! sana, por supuesto), Agnes a Budapest, Agniezska y Magdalena a Polonia, hoy me he despedido de Christine, la nueva collocataire de Mareike; nuestros compañeros de clase, Clément, Nathalie, Anne Rossion y Anne Deschamps, Laetitia, Carlos el mejicano, Juan Diego el colombiano.. con los que al final llegamos a congeniar y a reunirnos en el Café Le Basile, se han tomado también unas merecidas vacaciones después de los exámenes.
Alejandro y Paola se quedan hasta finales de mes, pero yo me marcho el próximo lunes. Ahora que miro hacia atrás y recuerdo aquéllas primeras semanas de octubre, en las que estábamos tan ocupados "montando" la casa, durmiendo sin sábanas las primeras noches, hasta que pudimos ir a comprarlas al Auchan de La Défense, todavía algo perdidos en Sciences Po, y con esa sensación de aislamiento del resto de Erasmus hasta que por fin entramos en contacto con ellos....nuestra sorpresa inicial al ver que nuestros compañeros de clase franceses eran más sosos que un día sin pan, sus apellidos impronunciables como el de Pffiteau, al que acabamos llamando Pitufo, y su inseparable Eustache, tan pequeñito y aniñado que lo acabamos apodando "El Pitufito", los tres magníficos: Vincent y sus payasadas, el rubio de gafitas y la rubia hiperactiva... y nuestros profesores, de los que ya os he hablado bastante.
La necesidad de mirar varias veces al día el correo electrónico de la Universidad, saturado de Newsletters, porque si no, no te enterabas de los cambios de clase y de los "ratrapages". La biblioteca siempre hasta los topes y los teclados gabachos de la sala de informática con todas las teclas descolodas.
El club de debate y sus polémicas semanales, como la de : "¿Hacía falta guillotinar a Luis XVI?". En fin, como diría Obélix, "ils sont fous....".
No obstante, ¡qué bien lo hemos pasado! A pesar de que tengo ganas de volver a Madrid, por razones evidentes (y otras no tanto), no dejo de sentir pena. Cada trámite que hago - la cancelación del contrato de internet o la visita al coordinador de Erasmus de Sciences Po para que me firme el "visado" de salida- me acercan más al final. La última vez que pise el 27 de la rue Saint Guillaume será para imprimir el billete de avión (que conste que no es abusar de los medios de la universidad, que todavía tengo crédito en las impresoras).
Aún me quedan cuatro días. Por lo menos otras tantas entradas en el blog.

La Dama de las Camelias

Es una novela muy corta, apenas un folletín. La he devorado en dos noches. ¿Por qué una historia que no tiene nada de sorprendente sigue siendo hoy capaz de absorbernos de esta manera? Alexandre Dumas hijos adopta el papel de observador y narra su propio romance con Marie Duplessis a través de las lágrimas del personaje en el que se representa a sí mismo, Armand Duval. Fíjense en la coincidencia de las siglas, A.D.







Marguerite es una cortesana hecha a sí misma en cuestión de poco tiempo, ella misma reconoce que nació en una familia de campesinos y que seis años antes de conocer a Armand apenas sabía escribir su propio nombre. Y sin embargo, cuando Armand se enamora de ella, ya estaba enferma de la tuberculosis que, como siempre, acababa consumiendo a las "filles entretenues" como Marguerite.
Ella le acepta como amante el mismo día de conocerlo, impulsada por no se sabe qué sensación extraña, que le decía que Armand no era un hombre corriente, que la había amado incluso después de haberla visto vomitar sangre en uno de esos accesos de tos que se esforzaba por esconder de quienes la rodeaban. El conocimiento de su enfermedad significaba para ella la ruina, sus amantes dejarían de regalarle joyas y bombones y de sufragar los gastos que le permitían llevar aquél tren de vida, de soirée en soirée sin descanso.
Alquilan una casa en el campo y Armand y Marguerite se retiran a vivir allí, donde no estén en boca de todos, y sobretodo donde no les atraviesen las miradas de reproche del duque, el anciano protector de Marguerite. Durante unos meses disfrutan de una felicidad prestada, con fecha de caducidad. El padre de Armand se presenta de improviso y provoca la ruptura. Armand se resiste e incluso llega a creer que ha convencido a su padre de que no piensa cambiar de forma de vida, pero lo que no sabe es que éste se ha entrevistado con Marguerite y, aunque impresionado en lo más profundo por su candidez y su belleza a pesar de la enfermedad, tiene muy claro su objetivo: ella debe hacer el sacrificio supremo para no manchar el buen nombre de la familia de Armand. Y lo hace. Vuelve a su vida anterior y su salud se deteriora más que nunca. Al mismo tiempo, el malentendido imperante en este género de novelas lleva a Armand, creyendo de veras que ella le ha abandonado de motu propio, a tomar otra amante con el propósito de hacerla sufrir, cuando en realidad se estaba haciendo daño a sí mismo.



Voy a detenerme aquí. El final de la historia es conocido de todos, así que no tengo por qué ponerlo por escrito. Es también cultura general que Verdi se inspiró en esta obra para su magnífica ópera La Traviata.
En definitiva, lo que pretendía expresar, que como siempre, me voy por las ramas, es cómo estas historias, que se podrían resumir en dos líneas, y de las que hay múltiples variantes, todavía hoy nos siguen conmocionando hasta el punto de volverse universales. Desde un punto de vista objetivo, todos tienen lo que se merecen: Armand, por desoír los consejos de su padre y no dedicarse a la carrera de leyes, en vez de frecuentar el mundo de la Ópera Comique y las Variétés; Marguerite, tísica por culpa de su vida disoluta y casquivana. Y sin embargo, perdonamos a Armand, que entrega a Marguerite su corazón entero sin ambages, totalmente cegado de amor por ella, y somos condescendientes con Marguerite, porque por una vez no representa un papel, sino que se permite experimentar sentimientos peligrosamente verdaderos. A pesar de la honestidad de uno y la redención de la otra, la sociedad no acepta desafíos de ese tipo, y menos la alta burguesía que representa el padre de Armand. Se puede tener una amante, puede ser un secreto a voces, pero vivir en abierto concubinato con ella se sale de las reglas del juego.

Moulin Rouge, Papá Goriot...ejemplos de variantes de una misma historia de fondo. Una historia universal porque, al fin y al cabo, las miserias humanas no cambian con el paso del tiempo.

Homenaje a Galdós en La Sorbona

Quién me iba a decir que acabaría asistiendo a una conferencia sobre Benito Pérez Galdós en el anfiteatro Richelieu de La Sorbona, y nada menos que en español. Fue el jueves pasado. Entre los diversos actos que comprendía el programa de La Semana de Galdós en París, del 4 al 8 de febrero, se incluían dos conferencias, tituladas "Canarias, frontera atlántica de Europa" y "Galdós y la Política Internacional".
La primera de ellas no me resultaba especialmente original de entrada, es más, resultaba muy fácil anticiparse a su contenido, lo primero que se dice de Canarias es que está situada en una posición fronteriza estratégica entre tres continentes etc etc., que no por cierto deja de ser un tema más que recurrente. Sin embargo, fue la calidad del ponente, Rafael Molina Petit, lo que le dio al tema un toque distinto. Su conferencia resultó muy amena, aunque él mismo reconoció que no tenía mucho que ver con Galdós, en todo caso lo que tenía en común con el escritor, aparte de ser canario, era el hecho de que su casa de Tafira está cerca de aquélla en la que vivió el otro.
Y es verdad, la conferencia fue sobretodo económica; trató sobretodo de los productos que exporta Canarias, de su aportación a la economía nacional por el turismo (somos el Hawai europeo, como dijo) y también se refirió a los ataques de piratas durante los siglos XVII y XVIII, citando al ya fallecido Rumeu de Armas, y a las relaciones comerciales con Inglaterra. Dato curioso, el comercio del plátano surgió a raíz de que los barcos que traían la hulla inglesa a Canarias volvían vacíos, así que se les ocurrió aprovechar el viaje de vuelta cargando los barcos con plátanos.
La segunda conferencia fue a cargo del profesor de la Sorbona Sadir Lakhdari, de origen hindú pero doctor especialista en Galdós y que hablaba un perfecto español. Trató un aspecto de la obra de Galdós que se conoce menos, o por lo pronto, de la que no se habla tanto como de los Episodios Nacionales o de Fortunada y Jacinta. Se centró en los artículos periodísticos sobre la política española e internacional que publicaba dos veces por semana en un diario de Buenos Aires. Es un Galdós más claro, menos enrevesado a la hora de escribir, y sobretodo muy crítico con la clase política española, contra la que no disimulaba su desencanto.
Tengo que admitir que me alegró mucho descubrir a un profesor extranjero que haya estudiado y alcanzado a comprender tanto a Galdós. Para mí resultaba cuanto menos un orgullo. Galdós está a la cabeza de los escritores más grandes de la literatura española y mundial.
El programa incluía más conferencias y la representación de Aires y Tormento, además de un concierto de un grupo de Lanzarote (que no conocía), pero a esos eventos ya no pude asistir, me quedaban muy lejos.



Retrato de Benito Pérez Galdós



Anfiteatro Richelieu de La Sorbona

martes, 3 de febrero de 2009

Te pillé, Umberto

Como saben, estos días estoy leyendo "La Reina Margot", de Dumas. Me quedan unos pocos capítulos para acabarlo, es una gran novela, como no podía ser de otra manera tratándose de su autor, aunque mi favorita por ahora siga siendo "El Conde de Montecristo". Pero no es de eso de lo que quería hablar. He encontrado un símil sospechoso con "El nombre de la rosa", de Umberto Eco. Prevengo a aquéllos que no lo hayan leído que no continúen leyendo esta entrada, so pena de que les destripe el final sin ningún miramiento. Resulta que la reina madre, la archimaquiavélica Catalina de Médicis, está empeñada en deshacerse de Henri, rey de Navarra, marido de su hija Margot. Para ello, unta las páginas de un libro de caza con arsénico y lo hace llegar al susodicho para que, al tener que humedecerse el índice para conseguir despegar las páginas, el contacto del veneno con la lengua lo conduzca a una muerte lenta pero segura. Al final el libro acaba en manos de quien no debía, pero eso es otra historia. Mi pregunta: ¿Verdad que a más de uno le suena esta estratagema? ¿Hemos pillado a Umberto d' Eco in fraganti? ¿Qué dirían Guillermo de Baskerville y su fiel Adso de Metz?

domingo, 1 de febrero de 2009

Pizza a la sartén 2

Este es mi segundo intento de hacer pizza a la sartén, una "mediterránea". ¿Qué nota me ponen esta vez? ( Inma, ¿cómo hacías para que no se deshiciera al pasarla al plato? No pude evitar que se me convirtiera en una especia de "calzone"...)






jueves, 29 de enero de 2009

El Consejo de Estado



Antes la insistencia de mi madre, cuelgo estas imágenes del Consejo de Estado, del cual son miembros mis prestigiosos profesores de Sciences Po. La primera es la fachada del edificio, y la segunda es la Sala del Contencioso en donde dimos la clase el miércoles pasado y de la que, por cierto, es presidente B. Stirn. Y ya de paso, os lo presento.












domingo, 25 de enero de 2009

Una semanita sobrecargada

La semana que tanto temía ha terminado por fin. Se me estaba haciendo eterna, a la vista de todas las cosas que tenía que hacer. El domingo y el lunes pasado los dediqué enteros a preparar mi exposé de Droit Public del viernes. Esta exposé era la que más me preocupaba. El profesor me dio el tema una semana y media antes para que tuviera más tiempo de buscar información y reflexionar sobre cómo enfocarla, tal como hizo con Alejandro en diciembre. El tema fue "El orden público", bastante abstracto pero a la vez lo suficientemente concreto como para saber a qué atenerme, sobretodo en el contexto de las libertades públicas, que es el tema que tocaba para el viernes. No es que fuera difícil, encontré bastante información y pude plantear una problemática aceptable, creo yo, aunque eso es algo que después de cinco meses aquí no consigo controlar todavía. Es curioso la enorme diferencia entre los exámenes que he hecho hasta ahora en España y el sistema de disertación francés que he descubierto este año. En España no nos exigen que reflexionemos nada, simplemente nos dan un tema a desarrollar y tienes que contar todo lo que sepas sobre él. Sólo en casos muy contados, bien cuando el exámen incluía un caso práctico, bien cuando tenía que comentar un artículo de la ley o algo por el estilo, se me ha exigido una actividad un poco más intelectual y menos mecánica de " mete todo lo que puedas" en un espacio dado. En Sciences Po presuponen que ya te has estudiado toda la materia, y no quieren que la repitas como un loro, sino que articules las ideas y elabores con ella una argumentación ordenada. Además, se exige una estructura predeterminada, es lo que se conoce como "la méthode Sciences Po". Dos partes principales señaladas con I, II; en cada una, dos subpartes señaladas con A, B; y en cada subparte, a su vez, dos o tres subpartes numeradas con 1, 2, 3, o con a),b), c). Lógicamente, tiene que haber una introducción ( que vaya de lo más general a lo más específico, señalando la problemática y anticipando las partes) y una conclusión. Cuando se presentan exposés en clase, hay que entregar un "outline", es decir, un folio con el guión de tu presentación para que los demás te puedan seguir. Este método nos costaba mucho llevarlo a la práctica al principio, de hecho nuestras exposés del primer mes aquí dejaban mucho que desear en comparación con las que hacemos ahora.
El martes fuimos a clase de Yann Aguila en el anfiteatro. Tendría que haber sido la última clase, pero el martes próximo tenemos que recuperar una que perdimos antes de Navidad así que todavía nos veremos las caras una vez más. Ese día quedamos para cenar con Sophie. La recogimos a la salida de la facultad, (el edificio que está enfrente del Panteón y del que puse una foto en su momento); nos llevó a una callecita por allí cerca llena de pequeños restaurantes de lo más variado, desde comida tibetana o hindú hasta los de especialidades francesas. Entramos en uno de éstos, porque Alejandro y Paola tenían antojo de raclette. Sophie se pidió de primero unos "scargots", o sea, caracoles (puejjjj). Venían en una salsita verde que no contribuía precisamente a hacerlos más atractivos. Nosotros pedimos de entrante un hojaldre relleno de queso muy bueno, aunque un poco pesado. De postre los demás se pidieron una tarta tatin (típica francesa que probé estas Navidades en Andorra) y yo una "tarte aux myrtilles" que me dejó la lengua y los dientes de un espantoso color azul morado, y que evidentemente provocó la carcajada general. En resumen, nos lo pasamos muy bien con Sophie, es siempre tan encantadora y nos reímos tanto con ella...es capaz de utilizar desde las palabras más difíciles hasta las expresiones más corrientes en español. Nunca he conocido a nadie que le emociones tanto la cultura española. ¡En su habitación tiene un póster de una sevillana bailando con su propio nombre y apellidos debajo!
El miércoles los profesores de Droit Public Comparé nos llevaron de visita al Consejo de Estado. Menos mal que nosotros vivimos a cinco minutos, porque nos costó muchísimo levantarnos a las ocho de la mañana después de habernos acostado a las dos. B. Stirn nos contó la historia del edificio, cómo había sido palacio cardenalicio con Richelieu, cómo había formado parte del complejo del Palacio del Louvre cuando éste albergaba a la Corte, y finalmente su conversión en la sede para el Conseil d' État. Nos sentamos en la Sala del Contencioso de la que el propio Stirn es presidente y Guyomar el Comisario del Gobierno (allí estaba con nosotros, haciendo chistes picarones como siempre a tal velocidad que yo sólo captaba la mitad), y dimos la clase allí, en los pupitres de los magistrados. Después nos hicieron un "tour" por alguna de las demás salas hasta que al final nos depidieron en la biblioteca. Y esta fue nuestra última clase de Droit Public Comparé con el trío Duncan, Bern y Mattias.
El jueves Alejandro y yo liquidamos otro de los asuntos que teníamos pendintes: la exposé sobre Goya para clase de francés. Era un pintor desconocido para muchos de nuestros compañeros de clase, y la propia Madame Himber dijo que ni ella era capaz de reconocer un Goya cuando lo veía, porque tiene cuadros de estilos completemente diferentes, desde el neoclasicismo y el barroco hasta el prerromanticismo de las pinturas negras. Nos dividimos la presentación de forma que Ale explicó la primera época de Goya de cartones para tapices como La Sombrilla y La Gallina Ciega, hasta los retratos de nobles y el de La Familia de Carlos IV. Yo continué con las Majas, la serie de Los Desastres de la Guerra, El 2 y El 3 de mayo y las pinturas negras. Al final de la presentación, a raíz de una pregunta de Madame Himber sobre los afrancesados liberales, acabé explicando la invasión de España por los franceses y el papel de Napoléon en la abdicación de Carlos IV en su hijo Fernando VII. La verdad es que me fui bastante por los cerros de Úbeda y Alejandro tuvo que llamarme la atención porque ya me estaba emocionando un poquito.
Después de la exposé de Goya, fuimos a tomarnos algo a Basile, el bar que está en la misma calle de la universidad, con Magda y Euna. Yo me despedí de Agniézska, porque al día siguiente se volvía a Polonia de vacaciones después de exámenes y para cuando vuelva yo estaré de nuevo en Madrid.
El viernes por la mañana presentamos en Politiques Publiques la nota de actualidad sobre el caos que provocó en Barajas la tormenta de nieve del 9 de enero. Tuvimos que hacerla con un compañero de clase francés que se había quedado descolgado de su grupo de trabajo anterior no sé por qué motivo. Al principio no teníamos muy claro si él estaba en el trabajo con nosotros o no, porque no había dado señales de vida. Intentamos contactar con él averigüando su dirección de e-mail. Al final conseguimos hablar con él por teléfono el miércoles y nos pusimos de acuerdo sobre el tema ( a él no le importó que fuera sobre una noticia española) y nos repartimos las partes. Habíamos tenido la precaución de consultar con el profesor si el tema de Barajas le parecía adecuado, a lo que nos contestó que por supuesto y que además Thomas podía hacer una comparativa de cómo se ha hecho frente en Francia a situaciones parecidas (mejor que en España, evidentemente, están más acostumbrados). Así que el viernes hicimos nuestra exposé y tachamos esa tarea del calendario. La verdad es que la actitud de Thomas nos tenía algo desconcertados: primero no se nos manifiesta sino que somos nosotros los que tenemos que preguntarle si está en nuestro grupo o no; después, el viernes nos propuso de quedar una hora y media antes de la clase de Politiques Publiques, supuestamente para que él nos comentara su parte porque las nuestras ya estaban redactadas y corregidas por él mismo, y resulta que cuando efectivamente nos reunimos a las once del viernes, se queda callado y tenemos casi que "arrancarle la confesión" de qué tal le había salido su parte, si había sido difícil, vamos, lo que fuera! La exposé salió muy bien, pero al final de la clase ni de despidió de nostros. En fin, pas de commentaires...
Ese día por la tarde llegó el momento de mi exposé sobre el orden público. Estaba bastante nerviosa, de hecho noté que me puse roja como una amapola y que hablaba muy bajiiiiiiiito, hast que las caras de mis compañeros se difuminaron y al no distinguir especialmente a nadie, cogí más confianza. Cuando terminé, diez minutos después, debí poner tal cara de sufrimiento y de alivio a la vez que me aplaudieron. Espero que se enteraran de la historia, a pesar de mi lamentable pronunciación. A la salida de clase, algunos nos fuimos de cañas con Pierre, el profesor, que es muy jovencito, no creo que pase de los treinta.
Y ya por último, ayer sábado tuve que madrugar una vez más para hacer el exámen del TCF en la Sorbona, para tener un título oficial de nivel de francés. No fue especialmente difícil, (después de sobrevivir en Sciences Po, todo es fácil). Me hizo gracia porque eran todos chinos y japoneses, salvo dos o tres que éramos españoles o de América Latina. Los encargados tenían que repetir cien veces las instrucciones porque los chinitos hacían todo al revés, menuda paciencia tenían con ellos. El exámen acabó a las cuatro de la tarde. Cuando salí, me di un triple homenaje: dos libros en Gibert Joseph, un crêpe nutella, y una siesta reparadora hasta las siete. ¡Qué menos!

lunes, 19 de enero de 2009

Pizza a la sartén

Tía Inma, ¿se parece esto en algo a las pizzas que tú te hacías cuando estabas en la universidad? ejem ejem....esto fue lo que me salió a mi esta noche. ..Sé que tendría que haber recortado más las salchichas pero ya estaba la masa empezando a quemarse y no me daba tiempo así que las corté deprisa y tapé la sartén con la tapa de un caldero. ¡Se hizo muy rápido! Creo que puse el fuego demasiado alto....El momento que más disfruté (mamá no leas) fue chupar la cuchara con los restos de la masa del huevo, la leche y la harina, como la de los pasteles mmmmmmm.....
Estoy abierta a más recetas "de estudiante" para quién me quiera hacer alguna sugerencia.

jueves, 15 de enero de 2009

Territorio Comanche: La cocina

El hecho es el siguiente: Alejandro y Paola se han puesto a dieta. Yo no sólo me reconozco incapaz de hacer algo así , de hecho me suelo quedar en los buenos propósitos de Año Nuevo, sino que además los platos a base de brocoli y espinacas no me resultan especialmente atractivos. Así que he dejado solos a mis collocataires en su loable empresa y, sartén en ristre, he acometido la mía propia: aprender a cocinar. La experiencia por el momento está siendo, no diría yo desastrosa, pero sí bastante poco satisfactoria. Hasta ahora mi postura había sido bastante cómoda, dentro de lo que cabe: dado que Alejandro y Paola se encargaban de la cocina, yo colaboraba en todo lo posible con la limpieza de la casa, aunque también trataba de echar una mano a la hora de hacer la comida, pero, reconozcámoslo, una milésima parte. Y sin embargo ahora mi única posibilidad para que mis menús no se reduzcan a ensaladitas es aprender de una vez por todas. Para ser sincera, no acabo de encontrarme a gusto moviéndome entre fuegos y calderos. Nunca atino con las medidas, siempre me paso con esto o me quedo corta de lo otro, sobretodo a la hora de echar el aceite en la sartén. No coordino bien los tiempos y el pescado se me queda frío en lo que preparo las papas, o resulta que el arroz tarda más en hacerse y se me hace tarde para llegar a tiempo a clase. Lo único que he hecho bien hasta ahora ha sido el otro día un revuelto de verduras y ayer unos spaguetti (pero eso último no tiene mérito ninguno). Mi intento con el puré de papas no fue precisamente un éxito, porque no las dejé ablandarse lo suficiente. No puedo evitarlo, parece que estoy siempre impaciente porque las cosas se hagan rápido y no soy capaz de esperar. Más de una vez Alejandro, estando conmigo en la cocina, ha evitado que cometiera algún disparate. Ojalá el horno funcionara para poner una pizza alguna vez....Y si no, siempre me queda claudicar y unirme a la dieta. Probablemente hasta me alimentaría mejor ;).

Soirée chez les Espagnols

Este es el link para ver las fotos de nuestra última soirée, el martes pasado. En ellas una servidora luce la nariz roja por culpa del resfriado que le dura hasta hoy. Los muchachos desconocidos son Andrew (a mi derecha) y Fred (en el sofá). Los demás os deben sonar a todos, especialmente nuestras amigas polacas.


http://picasaweb.google.com/sosinska.agnieszka/20090113ChezLesEspagnoles?feat=directlink#

lunes, 12 de enero de 2009

Misión cumplida

Esta tarde he bajado por el Boulevard Haussmann hasta la iglesia de Saint- Augustin. Desde que vine a Paris mis abuelos no dejaban de decirme que fuera a visitarla, ya que está muy cerca de donde vivo y es muy bonita. Además, justo enfrente está el edificio del Círculo de la Armada, donde ellos mismos se alojaron en su visita a esta ciudad. Como eran las cinco y media de la tarde, y por tanto estaba oscuro, las fotos no han salido demasiado bien, pero no pasa nada porque tengo pendiente entrar en la iglesia durante el día y sacar más fotos.
Hay una anécdota muy curiosa de un encuentro de mi tío (la Rana) con un traficante de droga mientras buscaban esta misma iglesia. Él la puede contar mejor que yo, por eso le invito a que escriba el correspondiente comentario y nos lo recuerde.

domingo, 11 de enero de 2009

Clase en el Musée d' Orsay

Esta clase estaba prevista desde hace bastante tiempo, pero por algún motivo u otro siempre se retrasaba. Al final hemos aprovechado el último fin de semana que nos venía bien a todos antes de la llegada de los exámenes.
Nos encontramos en la entrada del Musée d' Orsay, donde se compran las entradas para grupos. Madame Himber, tan sonriente como siempre, aunque esta vez vestida de manera más casual, con pantalón de pana y botas sin tacón, hacía el recuento de los que iban llegando. Cuando parecía que ya nadie más iba a presentarse, pasadas las dos y media, la seguimos al interior del museo.Nos repartieron unos auriculares a cada uno y a ella un micrófono para que pudiéramos oir sus explicaciones sin que ningún otro visitante se pegara al grupo y se beneficiara de un guía gratis.
Empezamos la visita por Ingres y Delacroix y continuamos con Couture. El clasicismo y el realismo. A la primera pregunta que nos formuló Madame Himber ninguno de nosotros se atrevía a responder, y cuál fue nuestra sorpresa cuando un mico rubio de cinco años se adelantó y levantó el dedo índice lo más alto que pudo. "Oui?", dijo Madame Himber agachándose un poco. Y el niño supo responder, para humillación de todos nosotros. Pero eso no es todo, enseguida descubrimos que ese niño era su hijo, que estaba en el grupo con su hermana de siete años y su padre. Madame Himber se había traído de visita cultural a toda la familia.
Continuamos con Manet y el impresionismo. La serie de desayunos campestres que como podéis ver me han llevado a cambiar la imagen del blog. Nos detuvimos delante de la cortesana Olympia que posa desnuda con las zapatillas puestas. En la misma sala, el retrato de Zola como una muda manifestación contra la fotografía que acababa de ser inventada. "Soy perfectamente capaz de retratar el cuerpo humano", parecen decir estos artistas, " pero no es mi intención hacer una fotografía, sino representar la realidad tal como yo la veo".
A continuación subimos a la planta donde están Degas, Monet y Renoir. La mayoría de las obras las hemos comentado en clase y ahora, delante de ellas, todos esos recuerdos nos venían a la mente. Agniezska y Magdalena sacaban fotos hasta de las leyendas a un lado de cada cuadro. Mareike, Agnes y Una tomaban notas en sus cuadernos sin perder un detalle. Andreas, el noruego silencioso, se dejaba llevar de una sala a otra con un aire melancólico. Andrew, el americano, hacía preguntas y resaltaba detalles que sólo se le ocurrirían a él, pero que a estas alturas no nos sorprendían, desde aquélla vez que quiso saber dónde podía encontrar en Paris a los "burgeoises", una clase de la que parecía haber oído hablar por primera vez. Cristina, la alemana, tan encantadora como siempre, respondía a las preguntas de madame Himber como una estudiante aplicada.
Los rayadores de parquet, la Siesta de Van Gogh, Las bailarinas de Dégas y las de Toulouse Lautrec, son todo obras que no me canso de contemplar. Para la mayoría de nosotros era la tercera o la cuarta vez que veíamos esos cuadros, no en vano el Musée d' Orsay es un lugar de visita turística obligatoria cuando vienen tus padres o tus amigos a Paris. Y sin embargo, nunca la había disfrutado tanto como ayer.
Las fotos están en este link, son las qué sacó Angela con su cámara.
http://picasaweb.google.com/angela.tacea/MuseeDOrsay#

sábado, 10 de enero de 2009

Las Galerías Lafayette



El miércoles acompañé a Alejandro a las Galerías Lafayette. Fue una visita breve así que decidí repetirla al día siguiente antes de ir a clase de francés.

Son tres edificios situados en el boulevard Haussmann, justo detrás de la Ópera. El principal es el almacén de la Cúpula. Estas imágenes están tomadas desde la planta baja. Es realmente un maravilla de juegos de colores, si bien la estructura y las arcadas son bastante clásicas.




En realidad es como un Corte Inglés, obviando la diferencia de precios. En la planta baja están las joyerías y complementos. Los ojos me brillaban especialmente delante de Cartier, Bulgari, Tiffany's, De Beers....lo sé, una tiene sus debilidades, jeje.

En esa misma planta hay un Departamento de Atención al cliente japonés. Todas las dependientas japoneses atienden a sus compatriotas en su propio idioma. Está claro que al cliente japonés hay que mimarlo y cuidarlo, aunque sólo sea por la cantidad de dinero que están dispuestos a gastar en el único gran tour que hacen en su vida por Europa.

Me llamó mucho la atención la sección de especias de la planta de gastronomía. Todo un surtido de especias de miles de colores y aromas agrupadas en montoncitos, que atraen tu mirada aún sin quererlo. Y lo que también atrae tu mirada pero en el sentido de hacerle daño a la vista es el kilo de habichuelas a treinta euros. ¿De verdad hay gente dispuesta a pagar semejante barbaridad sólo por el hecho de comprarlas en las Galerías Lafayette? Más vale que tengan un sabor afrodisíaco porque si no...

En la última planta junto a la cúpula hay una terraza que sólo abre en verano así que me quedé con las ganas de verla. Creo que hasta tiene un mini campo de golf.

Y ya por último, en el mismo boulevard está el edificio sólo dedicado a moda de caballeros y enfrente el edificio Printemps, en el que hubo un intento de atentado en diciembre.

La próxima visita a grandes almacenas será al Bon Marché de Saint-Germain.

I love Paris in winter

Ya estamos de vuelta después de las vacaciones. Como casi todos ya sabéis, Alejandro se quedó aquí porque vino su familia a pasar las Navidades con él. Paola y yo nos fuimos a Madrid el mismo día, pero llegamos el 6 de enero en vuelos distintos. Nos esperaba una doble sorpresa:

El jardín de las Tullerías cubierto de una capa blanca:






El paso de los Reyes Magos por el número 3 de Rue des Pyramides, (atención al detalle del zapato):


No pudimos tener una bienvenida más acogedora. Se notaba que Alejandro nos echaba de menos porque no hacía más que mandarnos e-mails para decirnos a cuántos grados estaba la temperatura en la ciudad y para preguntarnos si deseábamos algo especial para cenar el día que llegáramos.

Estoy contenta de estar de vuelta, de ver de nuevo "nuestra" casa. La visión familiar de la cafetera de la cocina, el cómodo sofá del salón, el piano de Paola con partituras nuevas, mi pequeña biblioteca, la mesa del comedor convertida en cyber, el vestidor tan frío como una nevera industrial, el inestable tendedero del baño que al mínimo roce se desmonta, la esquina de la chimenea llena de cables del router, alargadores, cargadores de móviles, teléfono... es en resumen el pequeño hogar que hemos construido aquí en los últimos meses. Creo que aún no hemos tomado conciencia de lo poco que nos queda para disfrutarlo.