El paso de los Reyes Magos por el número 3 de Rue des Pyramides, (atención al detalle del zapato):
No pudimos tener una bienvenida más acogedora. Se notaba que Alejandro nos echaba de menos porque no hacía más que mandarnos e-mails para decirnos a cuántos grados estaba la temperatura en la ciudad y para preguntarnos si deseábamos algo especial para cenar el día que llegáramos.
Estoy contenta de estar de vuelta, de ver de nuevo "nuestra" casa. La visión familiar de la cafetera de la cocina, el cómodo sofá del salón, el piano de Paola con partituras nuevas, mi pequeña biblioteca, la mesa del comedor convertida en cyber, el vestidor tan frío como una nevera industrial, el inestable tendedero del baño que al mínimo roce se desmonta, la esquina de la chimenea llena de cables del router, alargadores, cargadores de móviles, teléfono... es en resumen el pequeño hogar que hemos construido aquí en los últimos meses. Creo que aún no hemos tomado conciencia de lo poco que nos queda para disfrutarlo.
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