jueves, 29 de enero de 2009

El Consejo de Estado



Antes la insistencia de mi madre, cuelgo estas imágenes del Consejo de Estado, del cual son miembros mis prestigiosos profesores de Sciences Po. La primera es la fachada del edificio, y la segunda es la Sala del Contencioso en donde dimos la clase el miércoles pasado y de la que, por cierto, es presidente B. Stirn. Y ya de paso, os lo presento.












domingo, 25 de enero de 2009

Una semanita sobrecargada

La semana que tanto temía ha terminado por fin. Se me estaba haciendo eterna, a la vista de todas las cosas que tenía que hacer. El domingo y el lunes pasado los dediqué enteros a preparar mi exposé de Droit Public del viernes. Esta exposé era la que más me preocupaba. El profesor me dio el tema una semana y media antes para que tuviera más tiempo de buscar información y reflexionar sobre cómo enfocarla, tal como hizo con Alejandro en diciembre. El tema fue "El orden público", bastante abstracto pero a la vez lo suficientemente concreto como para saber a qué atenerme, sobretodo en el contexto de las libertades públicas, que es el tema que tocaba para el viernes. No es que fuera difícil, encontré bastante información y pude plantear una problemática aceptable, creo yo, aunque eso es algo que después de cinco meses aquí no consigo controlar todavía. Es curioso la enorme diferencia entre los exámenes que he hecho hasta ahora en España y el sistema de disertación francés que he descubierto este año. En España no nos exigen que reflexionemos nada, simplemente nos dan un tema a desarrollar y tienes que contar todo lo que sepas sobre él. Sólo en casos muy contados, bien cuando el exámen incluía un caso práctico, bien cuando tenía que comentar un artículo de la ley o algo por el estilo, se me ha exigido una actividad un poco más intelectual y menos mecánica de " mete todo lo que puedas" en un espacio dado. En Sciences Po presuponen que ya te has estudiado toda la materia, y no quieren que la repitas como un loro, sino que articules las ideas y elabores con ella una argumentación ordenada. Además, se exige una estructura predeterminada, es lo que se conoce como "la méthode Sciences Po". Dos partes principales señaladas con I, II; en cada una, dos subpartes señaladas con A, B; y en cada subparte, a su vez, dos o tres subpartes numeradas con 1, 2, 3, o con a),b), c). Lógicamente, tiene que haber una introducción ( que vaya de lo más general a lo más específico, señalando la problemática y anticipando las partes) y una conclusión. Cuando se presentan exposés en clase, hay que entregar un "outline", es decir, un folio con el guión de tu presentación para que los demás te puedan seguir. Este método nos costaba mucho llevarlo a la práctica al principio, de hecho nuestras exposés del primer mes aquí dejaban mucho que desear en comparación con las que hacemos ahora.
El martes fuimos a clase de Yann Aguila en el anfiteatro. Tendría que haber sido la última clase, pero el martes próximo tenemos que recuperar una que perdimos antes de Navidad así que todavía nos veremos las caras una vez más. Ese día quedamos para cenar con Sophie. La recogimos a la salida de la facultad, (el edificio que está enfrente del Panteón y del que puse una foto en su momento); nos llevó a una callecita por allí cerca llena de pequeños restaurantes de lo más variado, desde comida tibetana o hindú hasta los de especialidades francesas. Entramos en uno de éstos, porque Alejandro y Paola tenían antojo de raclette. Sophie se pidió de primero unos "scargots", o sea, caracoles (puejjjj). Venían en una salsita verde que no contribuía precisamente a hacerlos más atractivos. Nosotros pedimos de entrante un hojaldre relleno de queso muy bueno, aunque un poco pesado. De postre los demás se pidieron una tarta tatin (típica francesa que probé estas Navidades en Andorra) y yo una "tarte aux myrtilles" que me dejó la lengua y los dientes de un espantoso color azul morado, y que evidentemente provocó la carcajada general. En resumen, nos lo pasamos muy bien con Sophie, es siempre tan encantadora y nos reímos tanto con ella...es capaz de utilizar desde las palabras más difíciles hasta las expresiones más corrientes en español. Nunca he conocido a nadie que le emociones tanto la cultura española. ¡En su habitación tiene un póster de una sevillana bailando con su propio nombre y apellidos debajo!
El miércoles los profesores de Droit Public Comparé nos llevaron de visita al Consejo de Estado. Menos mal que nosotros vivimos a cinco minutos, porque nos costó muchísimo levantarnos a las ocho de la mañana después de habernos acostado a las dos. B. Stirn nos contó la historia del edificio, cómo había sido palacio cardenalicio con Richelieu, cómo había formado parte del complejo del Palacio del Louvre cuando éste albergaba a la Corte, y finalmente su conversión en la sede para el Conseil d' État. Nos sentamos en la Sala del Contencioso de la que el propio Stirn es presidente y Guyomar el Comisario del Gobierno (allí estaba con nosotros, haciendo chistes picarones como siempre a tal velocidad que yo sólo captaba la mitad), y dimos la clase allí, en los pupitres de los magistrados. Después nos hicieron un "tour" por alguna de las demás salas hasta que al final nos depidieron en la biblioteca. Y esta fue nuestra última clase de Droit Public Comparé con el trío Duncan, Bern y Mattias.
El jueves Alejandro y yo liquidamos otro de los asuntos que teníamos pendintes: la exposé sobre Goya para clase de francés. Era un pintor desconocido para muchos de nuestros compañeros de clase, y la propia Madame Himber dijo que ni ella era capaz de reconocer un Goya cuando lo veía, porque tiene cuadros de estilos completemente diferentes, desde el neoclasicismo y el barroco hasta el prerromanticismo de las pinturas negras. Nos dividimos la presentación de forma que Ale explicó la primera época de Goya de cartones para tapices como La Sombrilla y La Gallina Ciega, hasta los retratos de nobles y el de La Familia de Carlos IV. Yo continué con las Majas, la serie de Los Desastres de la Guerra, El 2 y El 3 de mayo y las pinturas negras. Al final de la presentación, a raíz de una pregunta de Madame Himber sobre los afrancesados liberales, acabé explicando la invasión de España por los franceses y el papel de Napoléon en la abdicación de Carlos IV en su hijo Fernando VII. La verdad es que me fui bastante por los cerros de Úbeda y Alejandro tuvo que llamarme la atención porque ya me estaba emocionando un poquito.
Después de la exposé de Goya, fuimos a tomarnos algo a Basile, el bar que está en la misma calle de la universidad, con Magda y Euna. Yo me despedí de Agniézska, porque al día siguiente se volvía a Polonia de vacaciones después de exámenes y para cuando vuelva yo estaré de nuevo en Madrid.
El viernes por la mañana presentamos en Politiques Publiques la nota de actualidad sobre el caos que provocó en Barajas la tormenta de nieve del 9 de enero. Tuvimos que hacerla con un compañero de clase francés que se había quedado descolgado de su grupo de trabajo anterior no sé por qué motivo. Al principio no teníamos muy claro si él estaba en el trabajo con nosotros o no, porque no había dado señales de vida. Intentamos contactar con él averigüando su dirección de e-mail. Al final conseguimos hablar con él por teléfono el miércoles y nos pusimos de acuerdo sobre el tema ( a él no le importó que fuera sobre una noticia española) y nos repartimos las partes. Habíamos tenido la precaución de consultar con el profesor si el tema de Barajas le parecía adecuado, a lo que nos contestó que por supuesto y que además Thomas podía hacer una comparativa de cómo se ha hecho frente en Francia a situaciones parecidas (mejor que en España, evidentemente, están más acostumbrados). Así que el viernes hicimos nuestra exposé y tachamos esa tarea del calendario. La verdad es que la actitud de Thomas nos tenía algo desconcertados: primero no se nos manifiesta sino que somos nosotros los que tenemos que preguntarle si está en nuestro grupo o no; después, el viernes nos propuso de quedar una hora y media antes de la clase de Politiques Publiques, supuestamente para que él nos comentara su parte porque las nuestras ya estaban redactadas y corregidas por él mismo, y resulta que cuando efectivamente nos reunimos a las once del viernes, se queda callado y tenemos casi que "arrancarle la confesión" de qué tal le había salido su parte, si había sido difícil, vamos, lo que fuera! La exposé salió muy bien, pero al final de la clase ni de despidió de nostros. En fin, pas de commentaires...
Ese día por la tarde llegó el momento de mi exposé sobre el orden público. Estaba bastante nerviosa, de hecho noté que me puse roja como una amapola y que hablaba muy bajiiiiiiiito, hast que las caras de mis compañeros se difuminaron y al no distinguir especialmente a nadie, cogí más confianza. Cuando terminé, diez minutos después, debí poner tal cara de sufrimiento y de alivio a la vez que me aplaudieron. Espero que se enteraran de la historia, a pesar de mi lamentable pronunciación. A la salida de clase, algunos nos fuimos de cañas con Pierre, el profesor, que es muy jovencito, no creo que pase de los treinta.
Y ya por último, ayer sábado tuve que madrugar una vez más para hacer el exámen del TCF en la Sorbona, para tener un título oficial de nivel de francés. No fue especialmente difícil, (después de sobrevivir en Sciences Po, todo es fácil). Me hizo gracia porque eran todos chinos y japoneses, salvo dos o tres que éramos españoles o de América Latina. Los encargados tenían que repetir cien veces las instrucciones porque los chinitos hacían todo al revés, menuda paciencia tenían con ellos. El exámen acabó a las cuatro de la tarde. Cuando salí, me di un triple homenaje: dos libros en Gibert Joseph, un crêpe nutella, y una siesta reparadora hasta las siete. ¡Qué menos!

lunes, 19 de enero de 2009

Pizza a la sartén

Tía Inma, ¿se parece esto en algo a las pizzas que tú te hacías cuando estabas en la universidad? ejem ejem....esto fue lo que me salió a mi esta noche. ..Sé que tendría que haber recortado más las salchichas pero ya estaba la masa empezando a quemarse y no me daba tiempo así que las corté deprisa y tapé la sartén con la tapa de un caldero. ¡Se hizo muy rápido! Creo que puse el fuego demasiado alto....El momento que más disfruté (mamá no leas) fue chupar la cuchara con los restos de la masa del huevo, la leche y la harina, como la de los pasteles mmmmmmm.....
Estoy abierta a más recetas "de estudiante" para quién me quiera hacer alguna sugerencia.

jueves, 15 de enero de 2009

Territorio Comanche: La cocina

El hecho es el siguiente: Alejandro y Paola se han puesto a dieta. Yo no sólo me reconozco incapaz de hacer algo así , de hecho me suelo quedar en los buenos propósitos de Año Nuevo, sino que además los platos a base de brocoli y espinacas no me resultan especialmente atractivos. Así que he dejado solos a mis collocataires en su loable empresa y, sartén en ristre, he acometido la mía propia: aprender a cocinar. La experiencia por el momento está siendo, no diría yo desastrosa, pero sí bastante poco satisfactoria. Hasta ahora mi postura había sido bastante cómoda, dentro de lo que cabe: dado que Alejandro y Paola se encargaban de la cocina, yo colaboraba en todo lo posible con la limpieza de la casa, aunque también trataba de echar una mano a la hora de hacer la comida, pero, reconozcámoslo, una milésima parte. Y sin embargo ahora mi única posibilidad para que mis menús no se reduzcan a ensaladitas es aprender de una vez por todas. Para ser sincera, no acabo de encontrarme a gusto moviéndome entre fuegos y calderos. Nunca atino con las medidas, siempre me paso con esto o me quedo corta de lo otro, sobretodo a la hora de echar el aceite en la sartén. No coordino bien los tiempos y el pescado se me queda frío en lo que preparo las papas, o resulta que el arroz tarda más en hacerse y se me hace tarde para llegar a tiempo a clase. Lo único que he hecho bien hasta ahora ha sido el otro día un revuelto de verduras y ayer unos spaguetti (pero eso último no tiene mérito ninguno). Mi intento con el puré de papas no fue precisamente un éxito, porque no las dejé ablandarse lo suficiente. No puedo evitarlo, parece que estoy siempre impaciente porque las cosas se hagan rápido y no soy capaz de esperar. Más de una vez Alejandro, estando conmigo en la cocina, ha evitado que cometiera algún disparate. Ojalá el horno funcionara para poner una pizza alguna vez....Y si no, siempre me queda claudicar y unirme a la dieta. Probablemente hasta me alimentaría mejor ;).

Soirée chez les Espagnols

Este es el link para ver las fotos de nuestra última soirée, el martes pasado. En ellas una servidora luce la nariz roja por culpa del resfriado que le dura hasta hoy. Los muchachos desconocidos son Andrew (a mi derecha) y Fred (en el sofá). Los demás os deben sonar a todos, especialmente nuestras amigas polacas.


http://picasaweb.google.com/sosinska.agnieszka/20090113ChezLesEspagnoles?feat=directlink#

lunes, 12 de enero de 2009

Misión cumplida

Esta tarde he bajado por el Boulevard Haussmann hasta la iglesia de Saint- Augustin. Desde que vine a Paris mis abuelos no dejaban de decirme que fuera a visitarla, ya que está muy cerca de donde vivo y es muy bonita. Además, justo enfrente está el edificio del Círculo de la Armada, donde ellos mismos se alojaron en su visita a esta ciudad. Como eran las cinco y media de la tarde, y por tanto estaba oscuro, las fotos no han salido demasiado bien, pero no pasa nada porque tengo pendiente entrar en la iglesia durante el día y sacar más fotos.
Hay una anécdota muy curiosa de un encuentro de mi tío (la Rana) con un traficante de droga mientras buscaban esta misma iglesia. Él la puede contar mejor que yo, por eso le invito a que escriba el correspondiente comentario y nos lo recuerde.

domingo, 11 de enero de 2009

Clase en el Musée d' Orsay

Esta clase estaba prevista desde hace bastante tiempo, pero por algún motivo u otro siempre se retrasaba. Al final hemos aprovechado el último fin de semana que nos venía bien a todos antes de la llegada de los exámenes.
Nos encontramos en la entrada del Musée d' Orsay, donde se compran las entradas para grupos. Madame Himber, tan sonriente como siempre, aunque esta vez vestida de manera más casual, con pantalón de pana y botas sin tacón, hacía el recuento de los que iban llegando. Cuando parecía que ya nadie más iba a presentarse, pasadas las dos y media, la seguimos al interior del museo.Nos repartieron unos auriculares a cada uno y a ella un micrófono para que pudiéramos oir sus explicaciones sin que ningún otro visitante se pegara al grupo y se beneficiara de un guía gratis.
Empezamos la visita por Ingres y Delacroix y continuamos con Couture. El clasicismo y el realismo. A la primera pregunta que nos formuló Madame Himber ninguno de nosotros se atrevía a responder, y cuál fue nuestra sorpresa cuando un mico rubio de cinco años se adelantó y levantó el dedo índice lo más alto que pudo. "Oui?", dijo Madame Himber agachándose un poco. Y el niño supo responder, para humillación de todos nosotros. Pero eso no es todo, enseguida descubrimos que ese niño era su hijo, que estaba en el grupo con su hermana de siete años y su padre. Madame Himber se había traído de visita cultural a toda la familia.
Continuamos con Manet y el impresionismo. La serie de desayunos campestres que como podéis ver me han llevado a cambiar la imagen del blog. Nos detuvimos delante de la cortesana Olympia que posa desnuda con las zapatillas puestas. En la misma sala, el retrato de Zola como una muda manifestación contra la fotografía que acababa de ser inventada. "Soy perfectamente capaz de retratar el cuerpo humano", parecen decir estos artistas, " pero no es mi intención hacer una fotografía, sino representar la realidad tal como yo la veo".
A continuación subimos a la planta donde están Degas, Monet y Renoir. La mayoría de las obras las hemos comentado en clase y ahora, delante de ellas, todos esos recuerdos nos venían a la mente. Agniezska y Magdalena sacaban fotos hasta de las leyendas a un lado de cada cuadro. Mareike, Agnes y Una tomaban notas en sus cuadernos sin perder un detalle. Andreas, el noruego silencioso, se dejaba llevar de una sala a otra con un aire melancólico. Andrew, el americano, hacía preguntas y resaltaba detalles que sólo se le ocurrirían a él, pero que a estas alturas no nos sorprendían, desde aquélla vez que quiso saber dónde podía encontrar en Paris a los "burgeoises", una clase de la que parecía haber oído hablar por primera vez. Cristina, la alemana, tan encantadora como siempre, respondía a las preguntas de madame Himber como una estudiante aplicada.
Los rayadores de parquet, la Siesta de Van Gogh, Las bailarinas de Dégas y las de Toulouse Lautrec, son todo obras que no me canso de contemplar. Para la mayoría de nosotros era la tercera o la cuarta vez que veíamos esos cuadros, no en vano el Musée d' Orsay es un lugar de visita turística obligatoria cuando vienen tus padres o tus amigos a Paris. Y sin embargo, nunca la había disfrutado tanto como ayer.
Las fotos están en este link, son las qué sacó Angela con su cámara.
http://picasaweb.google.com/angela.tacea/MuseeDOrsay#

sábado, 10 de enero de 2009

Las Galerías Lafayette



El miércoles acompañé a Alejandro a las Galerías Lafayette. Fue una visita breve así que decidí repetirla al día siguiente antes de ir a clase de francés.

Son tres edificios situados en el boulevard Haussmann, justo detrás de la Ópera. El principal es el almacén de la Cúpula. Estas imágenes están tomadas desde la planta baja. Es realmente un maravilla de juegos de colores, si bien la estructura y las arcadas son bastante clásicas.




En realidad es como un Corte Inglés, obviando la diferencia de precios. En la planta baja están las joyerías y complementos. Los ojos me brillaban especialmente delante de Cartier, Bulgari, Tiffany's, De Beers....lo sé, una tiene sus debilidades, jeje.

En esa misma planta hay un Departamento de Atención al cliente japonés. Todas las dependientas japoneses atienden a sus compatriotas en su propio idioma. Está claro que al cliente japonés hay que mimarlo y cuidarlo, aunque sólo sea por la cantidad de dinero que están dispuestos a gastar en el único gran tour que hacen en su vida por Europa.

Me llamó mucho la atención la sección de especias de la planta de gastronomía. Todo un surtido de especias de miles de colores y aromas agrupadas en montoncitos, que atraen tu mirada aún sin quererlo. Y lo que también atrae tu mirada pero en el sentido de hacerle daño a la vista es el kilo de habichuelas a treinta euros. ¿De verdad hay gente dispuesta a pagar semejante barbaridad sólo por el hecho de comprarlas en las Galerías Lafayette? Más vale que tengan un sabor afrodisíaco porque si no...

En la última planta junto a la cúpula hay una terraza que sólo abre en verano así que me quedé con las ganas de verla. Creo que hasta tiene un mini campo de golf.

Y ya por último, en el mismo boulevard está el edificio sólo dedicado a moda de caballeros y enfrente el edificio Printemps, en el que hubo un intento de atentado en diciembre.

La próxima visita a grandes almacenas será al Bon Marché de Saint-Germain.

I love Paris in winter

Ya estamos de vuelta después de las vacaciones. Como casi todos ya sabéis, Alejandro se quedó aquí porque vino su familia a pasar las Navidades con él. Paola y yo nos fuimos a Madrid el mismo día, pero llegamos el 6 de enero en vuelos distintos. Nos esperaba una doble sorpresa:

El jardín de las Tullerías cubierto de una capa blanca:






El paso de los Reyes Magos por el número 3 de Rue des Pyramides, (atención al detalle del zapato):


No pudimos tener una bienvenida más acogedora. Se notaba que Alejandro nos echaba de menos porque no hacía más que mandarnos e-mails para decirnos a cuántos grados estaba la temperatura en la ciudad y para preguntarnos si deseábamos algo especial para cenar el día que llegáramos.

Estoy contenta de estar de vuelta, de ver de nuevo "nuestra" casa. La visión familiar de la cafetera de la cocina, el cómodo sofá del salón, el piano de Paola con partituras nuevas, mi pequeña biblioteca, la mesa del comedor convertida en cyber, el vestidor tan frío como una nevera industrial, el inestable tendedero del baño que al mínimo roce se desmonta, la esquina de la chimenea llena de cables del router, alargadores, cargadores de móviles, teléfono... es en resumen el pequeño hogar que hemos construido aquí en los últimos meses. Creo que aún no hemos tomado conciencia de lo poco que nos queda para disfrutarlo.