miércoles, 11 de febrero de 2009

Despedidas

Hace unas semanas que han comenzado las despedidas. Mareike se ha ido de vacaciones a Perú (¡qué envidia! sana, por supuesto), Agnes a Budapest, Agniezska y Magdalena a Polonia, hoy me he despedido de Christine, la nueva collocataire de Mareike; nuestros compañeros de clase, Clément, Nathalie, Anne Rossion y Anne Deschamps, Laetitia, Carlos el mejicano, Juan Diego el colombiano.. con los que al final llegamos a congeniar y a reunirnos en el Café Le Basile, se han tomado también unas merecidas vacaciones después de los exámenes.
Alejandro y Paola se quedan hasta finales de mes, pero yo me marcho el próximo lunes. Ahora que miro hacia atrás y recuerdo aquéllas primeras semanas de octubre, en las que estábamos tan ocupados "montando" la casa, durmiendo sin sábanas las primeras noches, hasta que pudimos ir a comprarlas al Auchan de La Défense, todavía algo perdidos en Sciences Po, y con esa sensación de aislamiento del resto de Erasmus hasta que por fin entramos en contacto con ellos....nuestra sorpresa inicial al ver que nuestros compañeros de clase franceses eran más sosos que un día sin pan, sus apellidos impronunciables como el de Pffiteau, al que acabamos llamando Pitufo, y su inseparable Eustache, tan pequeñito y aniñado que lo acabamos apodando "El Pitufito", los tres magníficos: Vincent y sus payasadas, el rubio de gafitas y la rubia hiperactiva... y nuestros profesores, de los que ya os he hablado bastante.
La necesidad de mirar varias veces al día el correo electrónico de la Universidad, saturado de Newsletters, porque si no, no te enterabas de los cambios de clase y de los "ratrapages". La biblioteca siempre hasta los topes y los teclados gabachos de la sala de informática con todas las teclas descolodas.
El club de debate y sus polémicas semanales, como la de : "¿Hacía falta guillotinar a Luis XVI?". En fin, como diría Obélix, "ils sont fous....".
No obstante, ¡qué bien lo hemos pasado! A pesar de que tengo ganas de volver a Madrid, por razones evidentes (y otras no tanto), no dejo de sentir pena. Cada trámite que hago - la cancelación del contrato de internet o la visita al coordinador de Erasmus de Sciences Po para que me firme el "visado" de salida- me acercan más al final. La última vez que pise el 27 de la rue Saint Guillaume será para imprimir el billete de avión (que conste que no es abusar de los medios de la universidad, que todavía tengo crédito en las impresoras).
Aún me quedan cuatro días. Por lo menos otras tantas entradas en el blog.

2 comentarios:

Lapi dijo...

oich! que profundity!! xD

Maria Luisa dijo...

"Fite tú!" hasta a mí me da pena....qué le vamos a hacer! pero tambien tengo muchas ganas de te tenerte más cerquita hija,y de verte dentro de pocos días, bueno aún te quedan los últimos días con buena compañía y bien merecida por la parte que le toca.
Gracias a este blog tan estupendo, tan bien escrito y descrito hemos seguido tu etapa de miserasmus y yo al menos la he "vivido" y disfrutado como nadie, ja ja. ¡¡Qué suerte has tenido!! y ¡¡cuánto has aprendido!! ( hasta del territorio comanche...)