lunes, 15 de diciembre de 2008

El galop d'essai

El sábado hicimos el temible galop d'essai que nos habían anunciado hace un mes, y del cual nuestros propios compañeros franceses nos decían: " Es horrible hasta para nosotros", supongo que intentando animarnos con toda su buena fe, pero consiguiendo el efecto totalmente contrario. Aún cuando resultara comprensible que les asustara a muchos de ellos, que no han estudiado derecho hasta ahora, porque vienen de la École de Commerce o de cualesquiera otros estudios de primer ciclo, y que por tanto nosotros jugáramos con la ventaja de que la materia nos es más que familiar (no en vano el Derecho Administrativo español está inspirado en gran medida en el francés, y no en vano tuvimos dos profesores de administrativo en Icade muy exigentes), ello no era obstáculo para que estuviéramos bastante asustados. Cuando supimos que se trataba de una disertación de cinco horas (de 13.30 a 18.30 del sábado, hay que ser retorcido), sobre un tema a elegir entre dos propuestas, se nos cayó el mundo encima. Aunque suene un poco infantil....¡se suponía que no teníamos que estudiar hasta febrero! ¿Entonces a qué venía esto? ¿Que sentido tiene un exámen de tres cuartas partes de la materia? Después lo fuimos comprendiendo. El galop d'essai suma 3 puntos de la nota que tienen que ponernos los profesores de la conférence de méthodes, es decir, de las clases prácticas en la que todos los que vamos a las conferencias de Yann Aguila nos dividimos y presentamos los trabajos de grupo y las exposés individuales. Son clases que sirven para resolver dudas y profundizar en algunos aspectos que se han tratado en la clase magistral. Estas conférence de méthodes las imparten dos profesores que se alternan cada semana, y que como digo, han de ponernos dos tercios de la nota final; el otro tercio es la del exámen de febrero. En resumidas cuentas, la disertación a la que tanto temíamos sólo cuenta un sexto del total. Y sin embargo, nos mantuvo durante toda la semana pasada sumidos en un estado de inquietud, a la vez que de hastío y pocas ganas de estudiar, mezclado con momentos de autoconfianza al comprobar que "la materia no era para tanto". Esta semana pasada no hemos hecho apenas otra cosa que estudiar para el galop. Y tratábamos de animarnos contándonos que " ¿A que no saben? He visto en la biblioteca a dos compañeros de clase que estaban diciendo que estaban muy ocupados con exposés está semana y que el galop se lo mirarían el viernes". "Ah, bueeeeno, entonces es que la gente no se lo toma tan en serio". Y así adquirimos el convencimiento de que era una prueba más, sobretodo porque nosotros hemos tenido muchas horas del día para estudiárnoslo a fondo, pero los franceses que tienen once asignaturas y miles de horas de clase a la semana no se lo han podido permitir. De todas formas, no pecamos de confiados. Lo bueno de estudiar juntos fue que pudimos compartir apuntes, contarnos las sentencias más importantes del Consejo de Estado y del Consejo Constitucional mientras pelábamos la cebolla y tratábamos de entender conceptos que no teníamos claros. Al final, nos llegamos a aprender los nombres de las sentencias por mucho que dijéramos que no lo haríamos, como el arrêt Arrighi y la teoría de la ley pantalla, o el dichoso arrêt Arcelor y su incomprensible interpretación del derecho comunitario, o el arrêt Dame Veuve Trompier Gravier y el derecho de defensa. Finalmente, llegó el sábado. Descendimos al anfitatro Emile Boutmy del edificio principal de Sciences Po, diccionario en mano y con aire de "alea jacta est". Tuvimos que luchar un poco por nuestro derecho a utilizar el diccionario, pero al final nos lo permitieron. Cuando nos entregaron el papel con los temas a elegir que cada profesor había puesto, nos invadió una sensación de inmenso alivio: Alejandro y yo teníamos "La jerarquía de normas en la V República", un tema tan amplio que daba mucho juego y que además llevábamos bastante controlado; Paola, por su parte, también se puso a escribir con una expresión brillante en la cara: "El principio de legalidad", precisamente el tema de su exposé de la semana pasada. Alejandro y yo nos dijimos a la salida: qué bien se han portado Jerôme y Pierre, nuestros profesores. Al final, los tres agotamos el tiempo que teníamos escribiendo sin parar, algo que hace una semana nos parecía impensable. Y cómo era de esperar, Paola y yo fuimos a celebrarlo con un café y un crêpe nutella. Este fin de semana ha sido de descanso absoluto y de relaciones sociales. Bueno, y de limpieza doméstica también, que ya tocaba.

1 comentario:

Maria Luisa dijo...

Buff!! qué estrés!! qué alivio !! lo de "galop" le viene que ni pintado, digo yo... es que me tenías en vilo....y bueno lo mejor fue el premio ( crepe nutella) por la misión cumplida y el trabajo bien hecho ¿no?