
jueves, 27 de noviembre de 2008
Olivier ha pasado a mejor vida

lunes, 24 de noviembre de 2008
No estábamos solos
sábado, 22 de noviembre de 2008
Los últimos días de María Antonieta
Hace dos semanas visité el Palacio de Justicia, también llamado La Conciergerie. Aquel desde cuya ventana Frollo desahoga su pasión por Esmeralda mirando hacia Notre Dame.
Fue construido por orden de Clodoveo, primer rey de los Francos, para tener su residencia personal en la isla de la Cité. Cinco siglos después, con la dinastía de los Capetos, fue destinado a albergar el consejo y la administración real. San Luis quiso hacer del palacio un prestigioso símbolo del poder real y continuó reformándolo. Con Felipe IV el Hermoso fue la sede del Parlamento de París. A finales del siglo XIV, Carlos V destinó el edificio a Palacio de Justicia y Prisión; fue entonces cuando se le empezó a llamar Conciergerie, por el intendente o "concierge" que colocó allí encargado de la administración y el control de los presos. Con la Revolución Francesa, el Tribunal Revolucionario se instaló en el palacio y le sacó todavía más partido como prisión, porque con Robespierre el número de encarcelados (sospechosos y condenados, todos en el mismo saco) aumentó como nunca.
Las partes inferiores son de las pocas que se pueden visitar. La Sala de las Gentes de Armas es una inmensa sala de puro estilo gótico, con cuatro naves con bóvedas ojivales. El Pabellón de las Cocinas está en un lugar estratégico, a un costado del edificio dando al Sena, dado que los víveres llegaban por vía fluvial.
En el piso superior pude visitar las Salas Revolucionarias. Por el corredor de los prisioneros se accede a las celdas. Podemos clasificarlos como se hace hoy en día con los hoteles: La celda de dos estrellas servía para encarcelar a cuatro o cinco presos que dormían sobre el suelo de paja. Unos botijos descascarillados que de vez en cuando tendrían agua y un orinal eran todo el mobiliario. La celda de tres estrella tenía dos camas y una silla en medio sobre la que se ponía la vajilla con unos cuantos mendrugos negros de pan, pero al menos se podía dormir en posición horizontal. Finalmente, la celda de cuatro estrellas era individual, con un escritorio y lo que en la época se llamaba "recado" de escribir. Lógicamente, estaba destinada a personajes más importantes, políticos o intelectuales, que tenían "derecho" a una mayor intimidad. Se preguntarán cual era la celda de cinco estrellas. Pues nada menos que la de María Antonieta, ésa era la más completa, si bien seguía siendo austera: una cama de tamaño "regio", un reclinatorio, una silla-orinal de madera, (siempre mejor que un cacharro de hojalata en el suelo), un escritorio y un cuadro de la Virgen colgado de la pared. En esta suite pasó 76 días, eso sí, vigilada día y noche por dos centinelas, hasta que la hicieron pasar por la guillotina. La celda que ví no es más que una reconstrucción, la auténtica estuvo donde ahora hay una capilla conmemorativa.
En la Capilla de los Girondinos me encontré con una sorpresa. Se trata del oratorio en el que los 21 diputados girondinos celebraron un último banquete antes de ser ejecutados en 1793. En la pared había un cuadro de algunos de los prisioneros que estuvieron hacinados esperando la muerte, y en el centro del cuadro, sentado sobre una silla con aire pensativo, André Chénier. Cuando vi la ópera la temporada pasada en Las Palmas, no tenía ni idea de que fuera un personaje histórico.
Y esta fue mi visita al Palacio de Justicia. Aprendí mucho más ese día sobre el Tribunal Revolucionario y la época del Terror; lo pondría aquí por escrito pero la idea no es que este blog sea una enciclopedia, sino que refleje aquéllo que más me haya impresionado, así que quien se haya quedado con ganas de saber más, le recomiendo la Larousse ;).
Nuevo encuentro con Rodin
Las esculturas ya las conocía. Hace años pude ver una buena parte de ellas en una exposición en Las Palmas, pero no es lo mismo que descubrirlas en el jardín del museo, en perfecta armonía con el entorno.
El Pensador, quizás su obra más conocida, cavila a solas sobre su pedestal. Es como si toda la pesadumbre del mundo cayera sobre sus hombros y apenas pudiera soportar el peso.
El jardín detrás de la mansión es un lugar tranquilo, apenas se oye el trinar de un pájaro, el roce del viento entre los setos, el único movimiento es el de las ondas leves que se forman en el estanque. De todas las visitas que he hecho hasta ahora, esta ha sido en la que más he encontrado visitantes solitarios como yo, que se sentaban en un banco a disfrutar de la quietud del lugar.
La puerta del infierno, una obra dantesca, estremecedora, donde volvemos a encontrarnos con El Pensador, asistiendo desde lo alto al espectáculo de los cuerpos contorsionados que son arrastrados al abismo por una fuerza a la que no se pueden enfrentar, y del que ya no hay salida. Para aquéllos que crean en el Infierno, ninguna representación puede resultar más desgarradora.
miércoles, 19 de noviembre de 2008
Soirée d'intégration
domingo, 16 de noviembre de 2008
Aux grands hommes la patrie reconnaissante
Sólo pude ver las naves y la cripta, porque la tribuna y la cúpula están cerradas de abril a octubre. Salta a la vista que el frontispicio está inspirado en el Panteón de Agripa en Roma.
En la nave principal está el péndulo de Foucault, en homenaje al científico que consiguió demostrar el movimiento de rotación-traslación de la Tierra.
En la intersección de las naves hay grupos de esculturas que representan la Gloria, la Muerte, la Patria y la Justicia. Al fondo, en el coro, otro grupo escultórico evoca la Convención Nacional. A ambos lados del coro se encuentran las escaleras que bajan a la cripta.
Rousseau y Voltaire, enemigos en vida, uno frente a otro en sarcófagos de madera.
Pierre y Marie Curie, juntos en el mismo nicho en sarcófagos blancos. Él murió de una forma muy cruel, atropellado por un coche de caballos. Ella continuó durante treinta años más con la labor que habían emprendido, después de que él muriera. El precio del descubrimiento del Polonio lo pagó muy caro, las radiaciones del uranio acabaron con su salud.
En otro pasillo encontré a tres amigos mío reunidos: Victor Hugo, Alexandre Dumas y Émile Zola, como los Tres Mosqueteros. Me pregunto de qué hablarán cuando nadie puede oirlos...de los 19 años de exilio de Victor Hugo, del asunto Dreyfus que llevó a Zola a escribir su "J'accuse", Dumas hablaría de sus novelas, sobretodo de su gran obra maestra, "El Conde de Montecristo".
Y ya por último, otra muestra más de frikismo: la fachada de la facultad de Derecho de la Sorbona, a un lado de la plaza en la que se encuentra el edificio del Panteón.
¿Y qué palabras están grabadas debajo del frontispicio? Como no podía ser de otra manera:
Encuentro con las reinas de Francia
viernes, 7 de noviembre de 2008
Siempre nos quedará Paris
El viernes por la mañana visitamos la Opera. Nos quedamos maravillados al conocerla por dentro, sobretodo porque teníamos en la mente las imágenes de la película "El fantasma de la Opera". De vez en cuando Laura y yo tararéabamos por lo bajito las canciones. Vimos el Palco número 5, reservado al fantasma para que viera las representaciones. (Qué le vamos a hacer, somos unas frikis sin remedio). En la segunda foto estamos en la famosa escalera en la que se representa el Baile de Máscaras. También vimos la Biblioteca y los palcos. En uno de los sótanos se exponían los "tutús", en particular el del Lago de los Cisnes que utilizó la Pavlova.
Más fotos.
El sábado por la noche Paola y Alejandro nos soprendieron preparando la cena para todos: arroz con pollo al curry, la especialidad de Alejandro. Preparamos la mesa del comedor como si fuera Nochebuena ;), con el mantel color burdeos (super hortera, para qué negarlo) que compramos nuestra primera semana aquí y sacamos platos y vasos extra de la alacena. Fue una noche de la que nos ha quedado un muy buen recuerdo, aunque igualmente se me hizo raro ser anfitriona de mi propia familia.
El domingo llegó, y con él se despejó el cielo de forma que París lucía aún más bonita. Después de ver la Torre Eiffel, nos despedimos. Manu recibió un soplo de inspiración: "Siempre nos quedará París", dijo.
martes, 4 de noviembre de 2008
US Elections Day
Este verano en la Rua conocí a Ryan, de Massachussets, que estaba de monitor de baloncesto en un cursillo de verano. Cuando le pregunté quién era su candidato preferido, me dijo que "Obama, wholeheartedly", con todo el corazón. Aquí, en Sciences Po, los estudiantes americanos que he visto llevan pins de Obama en sus mochilas. Ayer se celebró también en la universidad un concurso de disfraces de personajes americanos; el premio es un viaje a Nueva York. Esta tarde hemos dado clase de Droit Public con dos televisores retransmitiéndonos las elecciones por la CNN. Si eso ya parece el colmo, no es lo único que organiza Sciences Po estos días. De hecho, intenté asistir a la retransmisión comentada de las elecciones "en tiempo real" por la emisora de radio de la universidad, pero cuando quise registrarme, estaba el aforo completo. (Ya sé que es muy friki pero no me nieguen que no habría sido curioso).
En unas horas sabremos quién es el nuevo inquilino de Pennsylvania Avenue. Todos hemos hecho nuestras apuestas. Hugo Chávez está exultante porque "ya no olerá a asssssufre" en la próxima Cumbre a la que asista Estados Unidos, puesto que ha vaticinado que "ganará el negro".
Personalmente, creo que la imagen de Obama está muy idealizada, aunque a mí también me suscite bastante más entusiasmo que McCain. Igual que prefiero a Joe Biden antes que a mete-patas-Sarah Palin. Sin embargo, a la hora de la verdad, cuando tenga que poner en marcha las reformas que ha prometido, como la del sistema sanitario o la de reducir las emisiones de carbono, no lo va a tener tan fácil. Necesitará el apoyo de los republicanos, en mayor o menor medida, en el Capitolio. Por eso no es oro todo lo que reluce,y por eso me parece tan ilusoria esta etapa del "yes we can" que hemos oído hasta la saciedad.